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Huyo de ti y de mi. Huyo de mi
cuando estoy contigo.

Ya no encuentro refugio
en lo cotidiano sentenciado.

Ni en la canilla que gotea la misma
y desentonada melodía.

Ni en tu cintura que es la misma
que alguna vez marco el deseo.

Reflejas de manera perfecta mis peores partes.
Y yo agiganto tus cinismos y maldades.

Huyo de ti y miro hacia atrás
y tu figura de sal se desploma

Tu saliva, ¡oh Dios!, es vinagre en mi boca

Hemos perdido el sol y las flores
y los mil y un cristales de lluvia
que sanaron nuestra piel.





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