Una noche, que fueron muchas, vuelve a mí.
El padre ausente.
El hijo que espera y mira en las piedras del ancho
y enripiado patio…
Los hermanos acurrucados que son pregunta y sollozo…
La madre que los pario triste y lejana… más triste y más lejana…
¿Cuánta ausencia de padre, angustia de hermano, tristeza de madre,
soporta un hijo para comenzar a sentirse desdichado?
Años han pasado pero en esa recobrada noche, que fueron muchas,
algo de mí se ha quedado. Acaso para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario